En Road to your Post estamos plenamente convencidos de que comprender la naturaleza de la prueba a la que uno se enfrenta es una de las principales claves para el éxito. Por tanto, antes de empezar, debemos analizar qué es un supuesto práctico y cuáles son los criterios de valoración que los tribunales van a usar para evaluar nuestro trabajo.

En términos generales, los supuestos prácticos se evalúan de acuerdo a una serie de parámetros comunes:

·    Uso correcto del lenguaje: ausencia de errores (gramaticales, sintácticos, de spelling) y fluidez escrita que muestre un texto coherente y con cohesión.

·       Conexiones adecuadas entre la pregunta y el marco legal.

Estructura coherente con la pregunta y desarrollo completo de todos los aspectos que esta implica.

Propuestas prácticas creativas pero factibles y en línea con las metodologías activas en la enseñanza del inglés.

No podemos olvidar un hecho determinante: el opositor, a diferencia del temario, se enfrenta a una pregunta que no conoce a priori; lo cual quiere decir que en la situación real de examen debemos ser capaces de “improvisar” rápidamente. Esto no quiere decir que no podamos usar diversas fuentes de información para adaptarlas según nuestro propio interés y la temática o temáticas de la pregunta, sino que no vamos a poder apoyarnos en “fórmulas fijas” previamente estudiadas o “patrones multiusos” a modo de llave maestra para cualquier título. Por tanto, esa no es la estrategia que seguimos en este volumen, porque sencillamente no funciona; y mucho menos bajo las circunstancias de presión y tiempo que suponen la situación real de examen.

La pregunta es inmediata: ¿Cómo puede responderse de manera brillante una pregunta incierta con la presión añadida de un tiempo límite? Ese es el reto que nos hemos planteado y a su vez es el que ha de superarse para aspirar a una plaza; y también el objetivo de este libro. No se trata de memorizar patrones, sino de desarrollar estrategias de resolución y las competencias necesarias desde una perspectiva moderna de la enseñanza del inglés como lengua extranjera. Evidentemente, esto requiere seguir una serie de pasos y adquirir una “manera de pensar” que nos ayude a solucionar cualquier pregunta de manera satisfactoria.

Así pues, hemos desarrollado un método, no una mera compilación de supuestos prácticos resueltos, que, por otra parte, también resultan indispensables. En este sentido, hemos considerado en primer lugar las líneas generales que han de tenerse en cuenta antes de leer los modelos, los cuales cubren una gran variedad de temáticas. Entre los aspectos más relevantes de este primer capítulo referente a cómo resolver un supuesto, cabe destacar los siguientes:

·       Naturaleza del examen.

·       Uso del lenguaje y aspectos formales.

·       Estructura y contenido.

·       Habilidades técnicas.

·       Orientaciones prácticas para resolver un supuesto.

Elementos fundamentales de un supuesto.

Nos detendremos brevemente en el apartado de cómo resolver un supuesto práctico y algunas de las estrategias más importantes para ello. Resulta evidente que una rápida organización de ideas es indispensable para cumplir con los plazos de tiempo que marca la prueba. Por tanto, debe leerse cuidadosamente la pregunta, identificando las palabras clave que nos llevarán a una adecuada interpretación. Esos primeros minutos, en los que antes de lanzarse a escribir conviene hacer una reflexión sobre la pregunta en sí, son fundamentales para organizar nuestra respuesta.

Hecho esto, el siguiente paso, que debe ser breve en función de la duración de la prueba, consistirá en la elaboración de un mapa conceptual a través de palabras clave que dará forma a la “espina dorsal” de nuestro supuesto. En ese borrador debemos incluir las conexiones necesarias que organicen correctamente nuestro escrito. A modo de ejemplo, yendo de lo general a lo específico, esas palabras clave pueden hacer referencia a la tesis de la introducción, conexiones entre la pregunta y el currículo, propuestas prácticas y relación con metodologías activas.

A través de nuestro método intentamos “modelar” la “línea de pensamiento” que nos ayudará a resolver este primer paso con solvencia y rapidez. En el volumen, llamamos a este documento “Quick Witted Connection of Ideas” o QWCI. Sin él, es poco probable que construyamos una propuesta sólida y coherente, ya que las ideas no parecerán ordenadas; y también es posible que a mitad del ejercicio encontremos que hay algo que desearíamos añadir en un apartado anterior, por ejemplo.

Con objeto de ayudar al opositor en esa “manera de pensar”, hemos organizado el libro en distintos capítulos que constan de una misma estructura. En primer lugar, presentamos un posible título para el supuesto y procedemos a analizar las palabras clave que debemos considerar y explicamos cómo se puede elaborar el mapa conceptual de ideas. Esto lo hacemos teniendo en cuenta que no existe una sola manera de solucionar un supuesto, por lo cual damos diferentes alternativas y vamos justificando los distintos pasos.

Hecho esto, entramos de lleno en lo que sería el análisis previo al modelo, en el que contemplamos distintas líneas de resolución, autores actualizados en los que apoyar nuestras propuestas, conexiones con el marco legal que deben mencionarse, marcando siempre los referentes de la comunidad autónoma que el opositor deberá mencionar, así como las propuestas prácticas, que son variadas y consideran un gran número de campos y conexiones.

Igualmente, en el análisis preliminar tenemos en cuenta la importancia de un “strong opening and closing” como partes fundamentales del supuesto, algo a lo que el opositor debe habituarse a través de la práctica y el estudio de los modelos; así como las fuentes bibliográficas utilizadas para la realización de dicho estudio.

El papel de los modelos representa otra de las bases para el éxito en esta fase de la oposición; en efecto, la técnica y la teoría no son suficientes en nuestro camino al éxito. Al igual que cuando enseñamos a los alumnos cómo debe escribirse un email, por ejemplo, mostramos modelos ilustrativos que sirvan de guía, el opositor ha de encontrar en los ejemplos de resolución algo parecido a lo que pueda hacer en la práctica, tanto en el lenguaje, como en la estructura e ideas prácticas que se proponen.

Al final de cada modelo, se incluye también una reflexión final que incluye líneas de resolución alternativas, ejemplos distintos a los planteados en el modelo, así como notas aclaratorias referentes al modelo en sí. Esta reflexión final nos ayuda a entender mejor el proceso de elaboración y contribuye notablemente a desarrollar la agilidad mental y conocimientos necesarios para afrontar la práctica a la que el opositor debe habituarse.

En definitiva, el volumen de resolución de casos prácticos de Road to your Post es un método que puede usarse para cualquier comunidad autónoma y que puede trabajarse como material de autoaprendizaje o como material adicional y complementario a una preparación más guiada.

No podemos cerrar esta pequeña presentación sin hacer mención a la cita que da fin a la introducción de este volumen: “For the things we have to learn before we can do them, we learn by doing them” Aristóteles. Y es que, ciertamente, tal y como sugerimos en nuestro libro, el opositor debe ir adentrándose en el material con la “mentalidad de reto”, implicándose de forma proactiva y asumiendo que la práctica lleva al éxito; y también que nuestras habilidades no son un campo cerrado, sino que más bien se desarrollarán conforme nos habituemos a la mecánica de trabajo que se sugiere.